La técnica Alexander es un método de re-educación del uso que hacemos de nosotros mismos.

En nuestro día a día solemos actuar a través de hábitos inconscientes y automáticos. La práctica nos provee una forma de observarnos a nosotros mismos para conocer cómo estamos haciendo lo que hacemos, y explorar maneras más simples y beneficiosas de llevarlo a cabo. Nos permite responder a los estímulos de la vida con consciencia en lugar de reaccionar de forma automática.

A través de la práctica se desarrolla la capacidad de atención y coordinación de la relación cuello-cabeza y la totalidad del cuerpo para tener más libertad en la acción.